"I have a dream"
Martin Luther King

"¿Diríasenos que todos estos son sueños? ¡Ah! Sueños en efecto, pero sueños que ennoblecen al hombre, y que para que los pueblos basta que los tengan y hagan de su realización el objeto de sus aspiraciones, para verlos realizados. Sueños, empero, que han realizado todos los pueblos civilizados"
Domingo F. Sarmiento


miércoles, febrero 22, 2006

Si quieres una República (Las treinta y tres columnas)

Actualidad
Si quieres una República (Las treinta y tres columnas) Artículo publicado en ATLAS.org.ar , escrito por Pablo López Herrera


Si vis pacem, para bellum. Si quieres la paz, decían los antiguos, prepárate para la guerra.

Si quieres una republica y paz, la tranquilidad del orden (tranquilitas ordinis), tendrás que construirla tu mismo, porque nadie vendrá a hacerlo por ti.

La elección de hoy es entre una sociedad al servicio de una oligarquía política que te lleva adonde y como le da la gana, financiada con tus impuestos, o una sociedad al servicio de las personas.

La gran batalla es entre aquellos que piensan, desde Sócrates y Platón en adelante, que la sociedad es como un cuadro donde los colores y los materiales están puestos en función de un conjunto congelado e inmóvil, como para una pintura o un edificio; y aquellos que pensamos, desde Aristóteles en adelante, que el bien de la Republica el bien de aquellos que la componen, y que solo se logra el verdadero Bien Social a partir del Bien Individual y de la virtud personal y cívica.

De los primeros nació esta oligarquía política, absolutista, dirigista y demagógica. De los segundos la verdadera Republica, democrática y formada por ciudadanos libres, cuando la hubo.

Déjame decirte que la Argentina que sueño, es un país donde...


1. ... se respetan las libertades individuales

2. ... el marco de referencia ineludible de los gobiernos esta constituido por los principios de la Constitución de 1853

3. ... los gobiernos privilegian la defensa de los derechos de las personas por encima de sus intereses

4. ... el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial son independientes, y tienen calidad institucional, así como la Administración Publica

5. ... el sistema electoral esta adaptado para que los ciudadanos elijan representantes que defiendan sus derechos, y no los de las oligarquías políticas

6. ... se favorece y alienta la libre participación de los ciudadanos en el interior de los partidos políticos

7. ... la población está bien representada por las autoridades electas

8. ... las provincias poseen verdadera autonomía política

9. ... el sistema económico está orientado a la creación de riqueza

10. ... el sector privado es libre para ejercer la industria y el comercio

11. ... la economía esta orientada a un desarrollo económico sólido y sustentable, y las políticas oficiales apuntan a mantenerlo

12. ... nuestra moneda local constituye un medio de pago aceptado para todas las transacciones comerciales y sirve como reserva de valor

13. ... estamos en condiciones de atraer las inversiones externas y los ahorros de los propios argentinos del exterior

14. ... el sistema impositivo es equitativo

15. ... recibimos en servicios públicos por el valor de nuestros impuestos

16. ... geográficamente, la captación de impuestos y la distribución del gasto son justas y equilibradas

17. ... el gobierno defiende hacia el exterior los intereses del país con eficiencia

18. ... estamos alineados internacionalmente con los países que encaran la seguridad global con fines democráticos, y respetan en su interior los derechos individuales

19. ... nuestro sistema de defensa está perfectamente adaptado a las necesidades y las Fuerzas Armadas son valoradas

20. ... la sociedad está imbuida de los valores tradicionales republicanos

21. ... se valoran y privilegian las conductas virtuosas

22. ... las políticas son eficientes en cuanto a la satisfacción de las necesidades socio-económicas de los habitantes que tienen mayores dificultades

23. ... las políticas sanitarias sirven para mejorar constante y paulatinamente la salud de los habitantes

24. ... las políticas educativas producen alumnos cada vez mejor preparados para enfrentar el mundo laboral

25. ... el Poder Judicial actúa como garante del libre ejercicio de los derechos individuales y del cumplimiento de los contratos

26. ... la seguridad de los ciudadanos esta protegida de un modo razonable y satisfactorio

27. ... las políticas y acción del estado, particularmente las referidas a la educación y al sistema de salud, respetan el deber y la voluntad de los padres respecto a sus hijos

28. ... tanto el que quiere contratar como el que necesita trabajo pueden pactar libremente las condiciones laborales

29. ... la actividad periodística es independiente y libre

30. ... los gobiernos y organismos públicos son transparentes en su gestión

31. ... hay suficiente lugar para el desarrollo y la expresión cultural y del pensamiento en un marco general de apertura, respeto y tolerancia

32. ... la práctica de la religión puede realizarse de un modo libre y sin interferencias ni presiones del estado

33. ... la preservación del medio ambiente esta integrada a las conductas y a la legislación.


Estos conceptos -enunciados solamente por la brevedad del texto- son las treinta y tres columnas sobre las que se basa una Republica que merezca el nombre de tal.

Treinta y tres columnas que los argentinos tenemos que reconstruir...


Y para hacerlo, hacen falta arquitectos, capataces y obreros.

Si aceptas el llamado, en el lugar en que estés, en el área de tu interés, pon manos a la obra que estamos en tiempo de descuento...

¡Ay de mi si no lo hiciera! ¡Ay de ti si no lo hicieras! ¡Ay de nosotros si no lo hiciéramos!

martes, febrero 14, 2006

Politicas de Estado para el desarrollo de la Argentina. CLARIN

Políticas de Estado para el desarrollo de la Argentina
Los desafíos pendientes del Bicentenario

Clarín, en el marco de su 60° aniversario, se propuso abrir un espacio abierto y plural para pensar el país a largo plazo.

En reuniones abiertas, especialistas del ámbito académico, del mundo social y político, del sector público y de la actividad privada, analizaron los grandes desafíos de la Argentina de cara al Bicentenario. Con el aporte de la gente que colmó el auditorio se debatieron, en cada campo, las estrategias para lograr un modelo de desarrollo e inserción en el mundo, con inclusión social y calidad institucional.

En esta sección, se publican los contenidos de cada debate.

I. Educación
II. Justicia
III. Seguridad
IV, V y VI. Economía
VII. Desarrollo Social y Salud
VIII. Soberanía y Globalización
IX. Cultura


Clarín.com > Suplemento Especial > Políticas de Estado para el desarrollo de la Argentina

sábado, enero 21, 2006

Una estrategia a largo plazo

"Lo prioritario, en la Argentina, pasa por el diseño e instrumentación de una visión estratégica de país a mediano y largo plazo.”

Lo que sigue, es un fragmento de la entrevista realizada por LA NACION a Daniel Zovatto, reconocido politicólogo argentino graduado en la Universidad de Harvard en gerenciamiento público y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, habla desde la experiencia que tiene como director regional para América latina del Instituto Internacional para la Democracia (IDEA Internacional), organismo intergubernamental con sede en Estocolmo y con actuación en todo el mundo.

A fines del año último, Zovatto presentó en el Senado de la Nación el último de sus catorce libros –“Las visiones de país importan”–, que escribió en coautoría con Pablo Guerrero, del Banco Mundial, y con Alvaro García, ex ministro de la Concertación de Chile.


-¿Cuáles son los elementos para construir una visión estratégica de país?

-En 2004, coorganizamos el Banco Mundial, la Cepal e IDEA Internacional, en Chile un foro con funcionarios gubernamentales, encargados de la formulación de políticas y otros expertos en desarrollo de los cinco continentes. La principal conclusión fue que la mayoría de los países que, durante las ultimas décadas, lograron las tasas más altas de desarrollo fueron aquellos que supieron desplegar una visión nacional estratégica de mediano y largo plazo. Las pruebas de la experiencia internacional muestran que un país es más exitoso cuanto mayor es el compromiso por parte de todos los actores políticos, económicos, sociales. Sólo con una visión de país estratégica y sostenida se puede cerrar la brecha entre el corto y el largo plazo, evitando el peligro de quedar atrapado en la miopía estratégica.

-Sí, pero, ¿cómo se hace eso?

-Hay que comprometer a todos los actores, para que el gobierno, el sector privado y los sindicatos trabajen juntos, para establecer una agenda que permita crecer con competitividad y distribuir los beneficios con equidad. Ese fue el modelo de España. Además, Finlandia nos da el ejemplo de que el Congreso debe ser una parte fundamental de esa agenda, porque allí el Parlamento creó un Comité para el Futuro, encargado de la aprobación y el seguimiento de los planes de desarrollo. La visión estratégica de país, lejos de ser la tarea de un solo hombre o de un solo partido, necesita del compromiso de toda la sociedad.

-¿Puede decirse entonces que la Argentina se acerca al segundo centenario a ciegas?


-Me temo que sí. La Argentina carece de una visión estratégica que goce de amplio consenso entre los diversos sectores.

Es cierto que estos veintitrés años de democracia son un activo por preservar. Pero pese a los importantes avances que se han hecho en los años recientes, subsisten severos déficit, como la debilidad de nuestras instituciones y de nuestro sistema de partidos, una reforma política inconclusa, la anomia, la inseguridad jurídica y los elevados niveles de pobreza y de desigualdad social. No hemos logrado un fortalecimiento del Estado de Derecho, es decir, de lo que Bobbio describe como "la subordinación de todo poder al derecho, desde el nivel más bajo hasta el más alto".

domingo, octubre 03, 2004

Cómo financiar el crecimiento. Hacia un mercado de capitales eficiente

Historia de los redescuentos
Cómo financiar el crecimiento
Por Roberto Cortés Conde Para LA NACION


Un mercado de capitales eficiente es un instrumento necesario para canalizar los ahorros hacia la inversión y promover el crecimiento. Entre fines de siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, la Argentina logró acceder a una masa enorme de capital extranjero que le permitió construir ferrocarriles y puertos que acercaron la producción de sus tierras fértiles a los mercados europeos. Miles de individuos, en su mayoría británicos en edad activa, colocaban sus ahorros en acciones de compañías que construían ferrocarriles, y servicios públicos en la Argentina, para gastarlos al tiempo de sus retiros. El progreso del país se construyó sobre el trabajo de millones de nativos e inmigrantes, pero también gracias a los ahorros de extranjeros. Un eficiente mercado internacional de capitales, al tomar ahorros de poblaciones más maduras y destinarlos otras más jóvenes, contribuyó a ese desplazamiento.

Ya nada fue igual

La Primera Guerra interrumpió esa corriente de capitales, que si bien retornó en parte en los 20, no volvió nunca con esa intensidad. Entre otras razones, porque habían aumentado las personas en edad pasiva que gastaban sus ahorros, porque las empresas que habían invertido en activos domésticos con ingresos en pesos fueron perjudicadas por la devaluación y el control de cambios en los 30, pero sobre todo porque los conflictos y las guerras detuvieron la movilidad de capitales. Tras la crisis de 1930 sin posibilidad de captar ahorro externo había que buscar reemplazarlo por el doméstico. Las circunstancias eran favorables: había aumentado el ingreso nacional, había más población en edad activa y el mayor esfuerzo en inversión en infraestructura ya estaba hecho. En los años 20, el aumento del ahorro en los bancos y en títulos públicos fue importante. Mientras que entre 1900 y 1913 el grueso de la inversión fue en infraestructura, en los 20 hubo una ola importante en maquinarias y equipos importados para la industria que fueron la base de su crecimiento en los 30 aunque no se hicieron tomando ahorros en el mercado de capitales, sino con reinversión de las ganancias.

En los países anglosajones, las industrias se financiaron colocando acciones en la Bolsa. En los continentales, con la banca de inversión. No fue así en Argentina. Los ahorros se dirigieron a los papeles más confiables, las cédulas hipotecarias y los títulos públicos mientras los volúmenes negociados en la Bolsa fueron menores. Tampoco se generalizó la banca de inversión. La comercial, descontaba documentos de corto plazo.

Cuando estalló la Guerra Mundial, el ministro Pinedo, en 1940, preocupado por no poder colocar nuestras cosechas en la Europa continental y con un sistema bancario en el que los depósitos (de corto plazo) superaban ampliamente a los préstamos, propuso, entre otras medidas para promover a las industrias, que se le facilitara, como emergencia, crédito de largo plazo. El problema del descalce temporal se resolvería garantizando el banco Central tomar a su cargo la obligación de pagar a los depositantes si éstos lo requerían antes de que los bancos pudieran exigírselo a sus deudores. Poco después, las perspectivas del comercio argentino mejoraron y este mecanismo no fue implementado. Pero se había concebido un redescuento distinto al de la Carta Orgánica del Banco que como prestamista de última instancia debía usarse para resolver problemas de iliquidez transitoria.

Un nuevo papel

En 1946, con LA NACIONalización de los depósitos, el redescuento se utilizó para reemplazar las funciones de un mercado de capitales que se consideraba poco desarrollado (y lo era con tasas de interés menores a la inflación). En los años del peronismo no fue sólo un instrumento de regulación monetaria, sino de promoción de las más diversas actividades, compras de empresas, adquisiciones de bienes y subsidio a productores.

El Banco de la Nación, el de Crédito Industrial y el de la provincia de Buenos Aires concedían créditos que redescontaba el Central. Su monto fue enorme y superó ampliamente al de los depósitos (un 49% en 1950 y un 82% en 1955) siendo el factor principal de creación monetaria. Con tasas fijas, su expansión produjo una inflación que rondó cerca del 20% anual y que castigó a los ahorristas que perdieron entre el 10% y el 20% por año del valor real de sus tenencias favoreciendo a los deudores que licuaron sus obligaciones. Las pérdidas impuestas a los ahorristas fueron un desincentivo para la formación de un mercado de capitales. El favoritismo en la asignación de los créditos racionados fue fuente de corrupción y resultó ineficiente cuando se destinó a actividades que de otro modo no hubieran dado beneficios. Los documentos redescontados perdieron valor como consecuencia de la inflación por un equivalente a un 16% del PBI de 1957. Otro monto equivalente a un 10% del PBI de ese año fue declarada incobrable y reemplazado en el Banco Central por un bono de saneamiento.

Los ambiciosos planes de desarrollo de la Argentina, que debían ser financiados por ese medio, tuvieron un resultado muy pobre. La Argentina, en el período de Perón, concluyó con un crecimiento decepcionante: 2,4% total y del 0,7% por habitante por año. El país se había descapitalizado y tenía una seria crisis de energía y transportes, como lo advirtieron Prebisch en 1955 y el presidente Frondizi en 1958.

El problema del financiamiento de la inversión y el de contar con un eficiente mercado de capitales continuaron siendo hasta hoy dos condiciones para el crecimiento de la Argentina.

El autor es profesor emérito de la Universidad de San Andrés.

LA NACION LINE

jueves, septiembre 23, 2004

Nueva Oportunidad Histórica, Bases para una Alternativa Política

UNA NUEVA OPORTUNIDAD HISTÓRICA, BASES PARA UNA ALTERNATIVA POLÍTICA
Documento de trabajo elaborado por Jorge Raventos, Pascual Albanese y Jorge Castro del INSTITUTO DE PLANEAMIENTO ESTRATEGICO

CONTENIDO
1 ) PENSAR LO NUEVO, PENSAR DE NUEVO
2 ) LA REVOLUCIÓN DE LOS ALIMENTOS
3 ) EL CAMINO DE CANADÁ Y AUSTRALIA
4 )REPOBLAR LA ARGENTINA
5 )UNA BURGUESÍA NACIONAL INTERNACIONALMENTE COMPETITIVA
6 )EL EJEMPLO DE BRASIL
7 )EL PERONISMO Y EL PARTIDO COMUNISTA CHINO
8 )LA INSERCIÓN DE LA ARGENTINA EN LA SOCIEDAD MUNDIAL
9 )PERONISMO Y GOBERNABILIDAD

Jorge Raventos, Pascual Albanese, Jorge Castro , 03/05/2004


1 ) PENSAR LO NUEVO, PENSAR DE NUEVO

Para pensar lo nuevo, hay que pensar de nuevo. Y mucho de nuevo ha sucedido en los últimos tiempos en la Argentina y en el mundo. De allí la extrema importancia de impulsar un replanteo estratégico que permita establecer un nuevo curso para la acción política.

Primero, es preciso enfocar la situación mundial. En "La Hora de los Pueblos", Perón decía que "en el mundo de hoy, la política puramente nacional es una cosa casi de provincias. Todo es política internacional, que se juega adentro o afuera de los estados".

En este sentido, cabe señalar que la Argentina se encuentra hoy frente a una gigantesca oportunidad histórica. En las condiciones que plantea un mundo cada vez más globalizado, las posibilidades de un país para dar un salto adelante en materia económica y social están indisolublemente vinculadas a dos elementos fundamentales. El primero es la existencia de una perspectiva estratégicamente favorable en el escenario mundial. El segundo es la aparición de una constelación de fuerzas políticas y sociales capaces de aprovechar esa oportunidad.

Puede afirmarse que el país tiene hoy un horizonte internacional extraordinariamente promisorio. Estamos en el comienzo de una nueva onda larga de expansión de la economía mundial. Es mucho más que un nuevo ciclo de expansión capitalista. Es, probablemente, el inicio de una nueva época histórica, que tiene tres componentes fundamentales. El primero es el formidable salto cualitativo experimentado en los últimos años por la economía estadounidense, sumergida ya de lleno en la nueva sociedad de la información. El segundo es la avasallante irrupción de los países del Asia Pacífico, encabezados por China, erigida en la nueva gran fábrica mundial. Y el tercero es la demanda creciente de commodities agrícolas, energéticos y minerales, todos al mismo tiempo.

Estos tres factores estructurales están estrechamente vinculados entre sí. La transformación de la economía norteamericana en una nueva economía de la información, junto a la disminución de su sector manufacturero, que representa en la actualidad sólo el 16% del producto bruto interno, mientras que el 80% corresponde ya al sector servicios, está orgánicamente vinculada con la gigantesca revolución industrial que atraviesa China, que se ha transformado en uno de los principales proveedores de manufacturas a los Estados Unidos.

Alrededor de un 20% del déficit comercial norteamericano se origina en el comercio con China. China produce y exporta a los Estados Unidos gran parte de lo que este país ha dejado de manufacturar. El año pasado desplazó a México como segundo socio comercial de Estados Unidos y en poco tiempo más ocupará el primer lugar, en reemplazo de Canadá, el otro socio del NAFTA. Más que competencia, puede decirse entonces que existe complementariedad e integración creciente entre ambos países.

Mientras tanto, todo indica que la economía de los Estados Unidos, concentrada cada vez más en los servicios y la alta tecnología, tiende a recuperar el auge que experimentó durante el "boom" de inversión de la segunda mitad de la década del 90, cuando creció a una tasa superior al 4% anual entre 1995 y el 2000. En este sentido, el altísimo nivel de incremento de la productividad experimentado por la economía norteamericana no se limita, como ocurría en la década del 90, al sector de la alta tecnología, sino que también abarca a la industria y los servicios.

El Conference Board, un estudio privado que reúne a los principales economistas norteamericanos, afirma que el crecimiento del producto bruto estadounidense en el año 2004 será del 5,7%, lo que lo convertiría en el año de mayor expansión económica de las últimas dos décadas. A su vez, el crecimiento económico de China en el 2003 fue nuevamente el más alto del mundo. Alcanzó el 9,1%. Es la cifra de crecimiento económico más alta de China desde 1997. Y existe consenso en que esas altos índices de crecimiento económico habrán de reiterarse en los próximos años.

Continúa

viernes, julio 16, 2004

Balanced Scorecard for Government and Nonprofit Agencies

"...Thus far in the chapter we’ve peered through the window of performance measurement in both the public and nonprofit sectors. Clearly both sectors have seen the benefit of measurement and have embarked, with varying levels of effort and success, on measurement initiatives. What has been lacking, however, is the answer to this seemingly simple question: “Is what we’re doing (both in the public and nonprofit sectors) making a difference – is anyone better off as a result of our efforts? To answer that question, executives, managers, and employees alike need to view performance from a broader perspective. They require a system that not only counts the inputs and outputs of the system, but one that provides an opportunity to assess progress in reaching the organization’s true mission. The Balanced Scorecard has risen to the performance measurement challenge of the private sector and is equally well-equipped to facilitate a rapid and dramatic transition of 21st century nonprofit and public organizations. Figure 2 – 1 displays the Balanced Scorecard model which is applicable to public and nonprofit enterprises. We can use this diagram to differentiate between private and public and nonprofit sector use of the Scorecard..."



businessintelligence.com : Balanced Scorecard for Government and Nonprofit Agencies

martes, junio 22, 2004

Books: La tradición Republicana (y analogías de estrategia)

Estoy leyendo el libro de Natalio Botana (La Tradición Republicana) que expone un análisis comparativo de Alberdi, Sarmiento, y las ideas politicas del siglo XIX.
Y lo estoy leyendo a través del lente de un MBA (Master in Business Administration) encontrando fuertes analogías con la administración de una empresa moderna. (Después de todo, la ciencia administrativa se aplica también a la organización de un país!).

Así, la VISION-MISSION se discernía entre un país habitado por Europeos del Norte, protestantes, con una cultura trabajadora e igualitaria, ….o por los Europeos del Sur (España e Italia), católicos, obedientes, sumisos, y con su orden más feudal, con una nobleza legitimada. Entre pequeñas y medianas granjas habitadas por colonos, o grandes estancias cuasi feudales en propiedad de la aristocracia.

Hablaban sobre CORPORATE GOBERNANCE, y como deberían compensarse los poderes de la nación, para orientar el incentivo individual de los gobernantes hacia el bien de los habitantes. (Al igual que hoy se estudian los AGENCY PROBLEMS entre los gerentes y los accionistas de una empresa)

También discutían sobre ESTRATEGIA ORGANIZATIVA, de acuerdo a sus ideas sobre ORGANIZATIONAL BEHAVIOR de los caudillos y legisladores Argentinos. ¿Era mejor un país fuertemente centralizado para poder unificar las provincias, o un país federal, descentralizado, con provincias autónomas, que delegaban parte de su poder para promover una unión nacional?

Lo cierto es que muchas de sus ideas fueron plasmadas en la ESTRATEGIA DE PAIS, reflejada en la constitución del 53, y sus posteriores reformas y enmiendas, que marcaron el progreso y los acontecimientos del las décadas posteriores y la creación de la Argentina actual.

Finalmente, haciendo otra analogía con la administración moderna en el mundo corporativo, una mala estrategia (diseño e implementación) genera una pobre rentabilidad de la empresa que perjudica a sus accionistas y en el peor de los casos culmina con el quiebre o cierre de la misma. Es así que las empresas están permanentemente ajustando sus estrategias a los tiempos modernos y a los movimientos de sus competidores para maximizar el beneficio de sus accionistas.
Un país por el contrario, no desaparece ni quiebra, pero el costo (disminución del bienestar socioeconómico) de una mala o desactulizada estrategia lo afrontan sus habitantes (accionistas) y no sus políticos (gerentes).
Y no hace falta decir que la suma de AGENCY PROBLEMS dentro de la estructura política administrativa actual de la Argentina es enorme!

lunes, febrero 23, 2004

Plan Fénix vs. Plan Atlas, por A.O. Ravier

Por Adrián Osvaldo Ravier (publicado en su blog)

Condiciones para el Desarrollo Económico y Social

Incrementar el bienestar de la sociedad en su conjunto es el objetivo último que cualquier individuo dedicado a la filosofía política busca con la recomendación de políticas económicas. Esto es así tanto para los defensores del mercado libre, como para aquellos que están a favor de políticas intervencionistas.

Lo que diferencia a unos y a otros entonces, no es el objetivo último a alcanzar, sino el camino que se debe recorrer para ello.

La Argentina de hoy, gobernada por el presidente Néstor Kirchner, parece estar implementando un conjunto de políticas intervencionistas Keynesianas seleccionadas particularmente por un conjunto de economistas y profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. El Plan que encierra las mismas es el ya conocido por muchos, "Plan Fénix", cuyo objetivo es establecer "una estrategia de reconstrucción de la economía argentina para desarrollo con equidad", generando propuestas concretas en distintas áreas en donde el Estado "volvería" a jugar un rol central, que sostienen estuvo ausente en los ´90.

Por su parte, la Fundación Atlas para una Sociedad Libre presenta un Plan alternativo el cual se encuentra comprendido en un libro de algo más de 600 páginas de reciente publicación, titulado "Soluciones de Políticas Públicas para un País en Crisis". El mismo comprende un conjunto de propuestas semejantes a los temas analizados por el Plan Fénix pero basadas en los principios de "libertad individual, propiedad privada, gobierno limitado, economía de mercado, en el marco del imperio de la ley".

En el cuadro adjunto, pueden observarse algunos de los puntos centrales de ambas propuestas:


Plan Fénix

http://www.uba.ar/fenix/index.html

Plan Atlas

http://www.atlas.org.ar

------------------------------------------------------------------------------------------------

*Deuda y Financiamiento externo - Benjamín Hopenhayn (Plan Fenix)

*Una agenda para la relación argentina con el FMI y para la reestructuración de la deuda pública - Eugenio Andrea Bruno (Plan Atlas)

*Argentina: la muerta de la política exterior. El callejón sin salida de un Estado parasitario - Carlos Escudé (Plan Atlas)

------------------------------------------------------------------------------------------------

*Empleo, desempleo y marginación - Luis Beccaria (Plan Fenix)

*Acción social voluntaria - Martín Krause (Plan Atlas)

*Ayuda social en una economía de mercado - Agustina Leonardi (Plan Atlas)

------------------------------------------------------------------------------------------------

*Globalización y desarrollo nacional. Política internacional - Aldo Ferrer, Mario Rapaport (Plan Fenix)

*Inserción de la Argentina en la economía mundial - Martín Simonetta (Plan Atlas)

------------------------------------------------------------------------------------------------

*Moneda y crédito - Alfredo T. García (Plan Fenix)

*Crisis y reforma del sistema financiero - Julio A. Piekarz (Plan Atlas)

------------------------------------------------------------------------------------------------

*Política fiscal - Marcelo Lascano, Salvador Treber (Plan Fenix)

*Nuevo federalismo fiscal - Jorge C. Avila(Plan Atlas)

*Límites al financiamiento del Estado - Gustavo D. Lazzari y Martín Simonetta(Plan Atlas)

*Reforma Integral del Estado Nacional - Pablo E. Guido (Plan Atlas)
------------------------------------------------------------------------------------------------

Ahora, ¿Cuál es la diferencia central entre un Plan y otro? Fundamentalmente, el Plan Fénix sostiene que el Estado debe, necesariamente, jugar un rol activo en la organización de la sociedad. El fundamento teórico de dicha política no es otro que el de la "Teoría General" de J. M. Keynes. Este prestigioso autor explicaba que las crisis económicas son causadas por una "insuficiencia de demanda". La forma de corregirlo sería entonces inyectando dinero en la economía, generando empleo productivo o improductivo, no importa, consiguiendo con esto reemplazar el ausente ahorro privado y por sobre todo la ausente inversión privada.

Simultáneamente los distintos gobernantes aplicando estas políticas encuentran otros objetivos: Reemplazar una tasa de desempleo alta por otra más baja, aunque más no sea con trabajo improductivo. Reemplazar la siempre necesaria reforma fiscal por simultáneos incrementos de gasto público. Reemplazar la recesión por el crecimiento económico. Y por sobre todas las cosas destinar dichos fondos a una redistribución de los ingresos desde las clases más altas hacia las más bajas, logrando con esto la supuesta equidad.

Lo dicho es entonces consistente con la aplicación de un Plan para Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, la intervención del BCRA en el mercado de divisas buscando un TC en los $3 que "nos haga más competitivos", la asistencia a los bancos, la incansable búsqueda de bajar artificialmente la tasa de interés, financiar un 10 % del presupuesto anual con emisión monetaria, estirar los plazos de nuestros compromisos internacionales, evitar acuerdos con grandes potencias que nos "inunden" el mercado de bienes para así desarrollar una industria nacional, controlar la entrada y salida de capitales y varias otras "inoportunas" políticas que no hacen más que engrandecer el gran problema que tiene la Argentina, que no es otro que una total ausencia de ahorro e inversión que genere empleo y reactive la economía.

Alternativamente el Plan Atlas está basado en tres claros principios: economía de mercado, libertad individual y por sobre todo gobierno limitado. En la Fundación Atlas estamos convencidos que la única forma de generar empleo y disminuir la pobreza es a través de fuertes inversiones de capital.

Ahora, ¿hacia dónde se dirige el capital? Sólo hay que analizar dos variables: Rentabilidad y riesgo. El capital siempre se dirige hacia donde el retorno es mayor y el riesgo menor. Estamos convencidos que la Argentina es un país en desarrollo en el que está todo por hacerse, en donde existen enormes cantidades de inversiones rentables. ¿Por qué entonces las inversiones no aparecen? Por el altísimo riego. El riesgo suele asociarse a un aspecto fundamental que no es otro que el respeto continuo al Estado de Derecho. Sinónimos de esto son la seguridad jurídica, las instituciones fuertes, el respeto a la ley y la propiedad privada y las claras reglas de juego. No hace falta decir mucho para demostrar que los argentinos hemos violado sistemáticamente la ley a lo largo de nuestra historia.

En consecuencia, el Plan Atlas es consistente con:

1. Proteger el Estado Derecho. Aplicar políticas económicas que guarden consistencia con los principios de economía de mercado, libertad individual y gobierno limitado. La Seguridad Jurídica es el aspecto institucional fundamental que jamás debe ser violado.

2. Asegurar el funcionamiento libre del proceso de mercado para solucionar problemas como el desempleo y subempleo, la marginación social y la pobreza generalizada al que nos han llevado las políticas intervencionistas de los últimos 70 años.

3. Eliminar el rol activo del Estado, para alcanzar el funcionamiento eficiente y competitivo de los mercados de bienes y servicios, financieros y reales. Sólo se alcanza la eficiencia permitiendo operar al libre proceso de mercado.

4. Si protegemos el Estado de Derecho, esto llevará a incrementar el ahorro y la inversión dirigida hacia nuestro país consiguiendo simultáneamente el equilibrio macroeconómico sólido.
Para ello es fundamental el financiamiento genuino del sector público, erradicando completamente la emisión monetaria y la posibilidad de endeudamiento tal como lo sostuviera el Nóbel James Buchanan.

La competitividad internacional sólo será efectiva en la medida en que se respeten los principios de libre mercado, incentivando a los inversionistas a traer su capital a nuestro país.

La cuenta corriente del balance de pagos no debe ser inducida a acumular superávits, sino que se debe permitir que el tipo de cambio libre ajuste el mismo a través de la entrada y salida de divisas.
Los precios relativos deben reflejar las valoraciones de la gente, y nunca ser inducidos a reflejar lo que el gobernante de turno desee. La inflación debe ser erradicada por completo.

5. La economía abierta es fundamental para alcanzar la incorporación generalizada y continua del cambio tecnológico. Esto implica abrirse a la entrada y salida de bienes, servicios y personas. La constitución nacional de 1853, aún contemplando las reformas posteriores de 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994 que creemos deben ser eliminadas, hace explícito este derecho para todo aquel que quiera habitar suelo argentino. Cualquier política que vaya en contra de una economía abierta, está violando la constitución nacional, y por ende debe ser derogada por la Corte Suprema.

6. La igualdad que debe ser respetada es la igualdad ante la ley, no la igualdad de oportunidades. No es lo mismo tratar a todos por igual a través de la ley, que hacerlos a todos iguales mediante la ley.

7. En materia monetaria, cambiaria y fiscal es fundamental también adoptar los principios enumerados. Para ello se deberá eliminar por completo todo tipo de regulaciones e intervenciones en materia monetaria. El BCRA no sólo debe ser independiente, sino que además debe olvidarse de emitir dinero, buscar un tipo de cambio dado o asistir a los bancos. El tipo de cambio debe ser el resultante de la entrada y salida de divisas. Sólo así se alcanza un equilibrio macroeconómico sólido.

La realidad nacional presenta enorme cantidad de desafíos y oportunidades. Para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades es fundamental reinsertarse en el mundo y aplicar políticas que guarden una fuerte relación con los principios de economía de mercado, libertad individual y gobierno limitado.

Artículo publicado en el Diario Infobae, 6 de febrero de 2004; previamente publicado en el sitio de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre, 5 de Enero de 2004

viernes, enero 23, 2004

ANALISIS DEL PLAN FENIX, por J.C de Pablo

ANALISIS DEL PLAN FENIX, MODELO 2002
Po Juan Carlos De Pablo

Acaba de darse a conocer la versión revisada (a diciembre de 2002) del Plan Fénix, elaborado por un conjunto de investigadores y docentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, y de otras universidades nacionales.

Como tantas veces ocurre en esta apasionada Argentina, el documento generó aplausos (¿qué más atractivo que un “plan alternativo” al “pensamiento único”?) y descalificaciones, y mucho me temo que unos y otras no surgieron de la lectura del documento, sino de los respectivos corazones.

Por eso me “metí” en www.econ.uba.ar, y “bajé” un documento titulado Plan Fénix: propuesta para el desarrollo con equidad, que consta de un cuerpo principal, de 45 páginas, y 6 apéndices (“Resultados y consistencia del Plan Fénix. Un ejercicio de experimentación numérica”, escrito por Benjamin Hopenhayn y Hernán Finkelstein; “La deuda del Estado nacional. Situación actual y propuestas de reestructuración”, B. Hopenhayn y Alejandro Vanoli; “Evolución del gasto público en la Argentina”, Salvador Treber, Berta Reisin de Moretti y Daniel Wolovick; “Sistemas y controles de cambio en la economía comparada”, Marcelo Lascano; “Situación contemporánea de las economías regionales. Estrategias para incorporar a un modelo de desarrollo con equidad social”, Alejandro Rofman, Verónica Gutman y Victoria von Storch; y “Elementos para la construccion de una política social”, Héctor Palomino).

Leí el documento y los apéndices –en total, unas 200 páginas- desde una perspectiva muy concreta: la de las recomendaciones concretas de política económica. Porque los autores, igual que yo, somos economistas, y por consiguiente no se trata aquí de averiguar “quién es más bueno”, “quién es más patriota”, etc., sino qué propone hacer cada uno, concretamente, en la situación en la cual nos encontramos.

En las líneas que siguen hago 2 cosas. Primero, extractar del texto las propuestas concretas de política económica, y segundo efectuar mi propia evaluación.


Sistema monetario y financiero. Es preciso instalar al peso como eje del sistema financiero argentino. La utilización de las divisas extranjeras debe recuperar su rol natural (sic) y exclusivo de instrumento de intercambio de mercaderías y servicios con el resto del mundo... Se debe votar una ley de Entidades Financieras que establezca la condición de servicio público de la actividad financiera, fomente regulaciones para que las entidades financieras canalicen sus recursos al sector productivo, especialmente PyMEs, y proteja a los depositantes mediante seguros de depósitos eficientes. Las normas prudenciales de liquidez y solvencia del sistema financiero deberán responder a un contexto de promoción del crédito productivo y de fomento... Debe establecerse el papel fundamental de la banca pública, de fomento y solidaria, y un esquema eficiente y competitivo para la banca privada nacional y extranjera. Esta última debe concentrarse en las operaciones internacionales de la economía argentina... La normativa debe favorecer una política de redescuentos para fines específicos, de generación de liquidez y de regulación de la tasa de interés activa.


Control de cambios. El control del mercado de cambios debe ser el necesario y suficiente para integrar al mercado en el proceso de desarrollo... Es necesario fortalecer las políticas de control de cambios, así como imponer medidas de control de capitales, que cieguen las numerosas vías de escape de excedente hacia el exterior... La defensa de la moneda nacional sólo será posible si se limita estrictamente la utilización de la moneda extranjera a las operaciones con el resto del mundo y se establecen controles sobre los flujos externos de capital, que permitan reducir los efectos de las crisis financieras internacionales... Las divisas generadas por el intercambio comercial constituyen bienes de utilidad social (sic) y por lo tanto deben garantizarse las condiciones para que las mismas no se fuguen al exterior y esos bienes puedan ser valorizados en la esfera de la producción... El rol activo del Estado en materia de política monetaria debe articularse con una política consistente en materia cambiaria, de forma tal de garantizar que la emisión con fines productivos y la baja de las tasas activas de interés, no tenga contrapartida en términos de presiones sobre el mercado de cambios.


Ingresos públicos. Implementación de mecanismos eficaces de control de la evasión y la elusión tributarias... La reforma fiscal deberá elevar la carga o presión impositiva en jurisdicción nacional, en un porcentaje significativo del PBI, con particular énfasis en los impuestos a las ganancias y sobre ganancias de capital, especialmente para los sectores de altos y muy altos ingresos... Impuestos transitorios especiales sobre los altos ingresos, como sobretasa sobre el impuesto a las ganancias y derogación de rentas financieras... Se reducirá la alícuota del IVA para bienes esenciales, y gradual reducción de la alícuota general, restaurando la tributación de impuestos internos sobre bienes de consumo de sectores de ingresos altos.


Retenciones a la exportación. Política flexible de retenciones sobre las exportaciones, adecuándose a los precios internacionales y al tipo de cambio.


Seguro de empleo. Seguro de empleo y formación para los desocupados, de carácter masivo, construcción masiva de viviendas para los sectores de menores ingresos, promoción de oportunidades de empleo en los servicios a la familia (ampliación de los servicios de cuidado infantil, cuidado domiciliario de ancianos, etc.)... Es necesario mantener con el alcance necesario el seguro de empleo y formación... Esta iniciativa debe ser concebida e implementada como una reinstalación de los derechos de la ciudadanía y del derecho a la vida, y no como un subsidio temporal. Debe ser crecientemente preventiva antes que reparadora, universal antes que focalizada y perdurable antes que transitoria.


Seguridad social. Es ineludible que el Estado asuma la plena responsabilidad en la materia, sin perjuicio de la existencia de un sistema privado de ahorro voluntario con fines previsionales.


Renegociación de la deuda. Un concepto fundamental será la noción de que se requiere básicamente apertura de mercados en los países desarrollados y acceso a inversiones de riesgo, antes que ayuda económica.


Regulación. Es imprescindible constituir un ente único de regulación, que agrupe a la Superintendencia de Bancos, Comisión Nacional de Valores, Superintendencia de Seguros y Superintendencia de AFJP.


Sic. Hay que restablecer el “compre nacional”, eliminado pese a su racionalidad y eficiencia; en materia industrial, las políticas dirigidas a las empresas deberán diferenciarlas por dimensión y estado de crecimiento; hay que plasmar un plan maestro de inversiones en el sector transporte, que contemple los atrasos acumulados en los últimos 25 años; se requiere una profunda revisión del Arancel Externo Común del Mercosur, desde un enfoque sistémico.



. . .



Está el original para comprobar que lo que acabo de extractar está en el original, y también está el original para ver si extracté “fuera de contexto”.

Hago esta aclaración, porque –despojado de la verborragia en materia de objetivos de política económica, y críticas al “modelo neoliberal”-, emerge como propuesta un regreso a lo que se aplicó -¿con qué resultados?- hace varias décadas. En efecto, el Plan Fénix recomienda un verdadero “lavado de cerebro” de los argentinos, quienes durante la segunda mitad del siglo XX se acostumbraron a ahorrar en dólares, para que vuelvan a hacerlo en pesos, y el dólar quede sólo para las transacciones con el resto del mundo. ¿No me cree? Lea el original.

Proponen controlar los cambios, en un país que desde el punto de vista administrativo, tributario y previsional, es un verdadero “colador”. Quieren controlar los cambios para evitar que los capitales se vayan, cuando la cuestión es cómo hacemos para que los argentinos, que tenemos toda la plata fuera del sistema, los retornemos a él.

Declarar a la divisas bienes “de utilidad social” equivale a decirle a quienes producen los bienes exportables, que los bienes no son “de ellos” sino “de todos”. Y que sus ingresos van a depender de los precios internacionales, pero también de las retenciones, que serán “flexibles”.

Proponen que la actividad financiera sea declarada “servicio público”, y que dicha actividad sea ejercida por la banca pública, de fomento y solidaria, asignándole a la banca extranjera la operatoria sobre comercio exterior.

En materia fiscal, claro que proponen la lucha contra la evasión y elusión impositivas, pero que la propuesta incluya una sobretasa al impuesto a las ganancias, así como el restablecimiento de los impuestos internos a los bienes de consumo de los ingresos altos, recuerda muy claramente la reforma impositiva introducida por Machinea al comienzo de la gestión De la Rúa (también la Alianza había prometido mejorar los ingresos fiscales luchando contra la evasión, pero en el “mientras tanto” aumentó el impuesto a las ganancias y los impuestos internos a las alfombras).

En materia previsional, el Plan Fénix recomienda volver al sistema público de jubilación, y las AFJP se circunscriban a un sistema voluntario de aportes –adicional al público, supongo-, con fines previsionales. ¿Cómo van a evitar, de aquí en más, el conjunto de “pioladas” que hizo fundir el anterior sistema de reparto, y que generó la necesidad de la reforma previsional?



Algunos de los autores son jóvenes, pero otros tienen suficientes años como para que, profesionalmente, si recomiendan pero en serio la aplicación del Plan Fénix, contesten preguntas como las siguientes: ¿qué análisis hicieron sobre el funcionamiento del sistema financiero con “protagonismo” de banca pública, y asignación administrativa del crédito, como por ejemplo, entre 1946 y 1957, y entre 1973 y 1976, como para pensar que “esta vez sí” va a funcionar? O creen que Diz liberalizó el sistema, a pesar de lo bien que funcionaba. ¿Qué dicen frente a la evidencia, al analizarse las carteras de préstamos de los bancos provinciales, que en el pasado la banca de fomento fue para el fomento de las actividades de los amigos de los gobernadores de turno? ¿Por qué esta vez va a ser diferente? ¿Cómo pueden proponer que utilicemos el peso como reserva de valor, es decir, que confiemos nuestros ahorros para los últimos años, a lo que disponga en su momento el funcionario de turno?

Si la recientemente conocida no es la versión definitiva del Plan Fénix, bueno estaría que alguno de los autores incluyera un comentario sobre estos tópicos. Me encantaría leerlo.

de Pablo, J.C.: Escritos seleccionados, (2000 - ), http://www.depabloconsult.com.ar
Reproducido de Contexto; Entrega N° 698; Diciembre 24, 2002
Bajar archivo

martes, diciembre 23, 2003

HACIA EL PLAN FÉNIX, Diagnóstico y Prospuestas

HACIA EL PLAN FÉNIX, DIAGNÓSTICO
Y PROPUESTAS


Una estrategia de reconstrucción de la economía argentina para el desarrollo con equidad

Documento del PLAN FENIX, presentado en Septiembre 2001

Este documento es un aporte a la reflexión común acerca de los problemas centrales de la economía argentina y la formulación de propuestas que permitan enfrentar la crisis.
Han participado de su elaboración, en el ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, los docentes e investigadores que a continuación se detallan,con la coordinación de Abraham L. Gak, y se ha visto enriquecido con los aportes surgidos de las jornadas de discusión abarcativas de las distintas áreas temáticas, llevadas a cabo el 6 y 7 de septiembre de 2001:
Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Luis Beccaria,Víctor Beker, Marta Bekerman, Rubén Berenblum,Manuel Fernández López, Aldo Ferrer,Natalia Fridman, Alfredo T. García, Norberto González, Jorge Katz, Saúl Keifman,Benjamín Hopenhayn, Marcelo Lascano, Hugo
Nochteff, Arturo O’Connell, Oscar Oszlak, Mario Rapoport, Alejandro Rofman, Jorge Schvarzer,Héctor Valle y Salvador Treber.

LEER EL DOCUMENTO COMPLETO

domingo, diciembre 21, 2003

FIEL. Una Política Económica para la Década

FIEL - Una Política Económica para la Década
Síntesis presentada en la reunión anual de ABA

Introducción
La década del 90 significó para la economía argentina el comienzo de una nueva era y el fin de una larga historia caracterizada por grandes desequilibrios macroeconómicos, fuertes desincentivos a la inversión privada, deterioro constante en los indicadores de bienestar, aislamiento internacional y una amplia participación del Estado en la economía.
El verdadero cambio estructural encarado en esos años con un conjunto de políticas tendientes a terminar con la inflación, reinsertar a la Argentina en el escenario internacional, generar las reglas adecuadas para una asignación de recursos predominantemente determinada por el mercado y reducir la participación del Estado en la provisión directa de bienes y servicios permitió revertir la decadencia y presentar un crecimiento sostenido del PIB per cápita, con estabilidad monetaria y fuerte crecimiento de la inversión privada.
Sin embargo, en parte por factores externos, pero fundamentalmente por no haber encarado el proceso de reformas como un todo indivisible y simultáneo, la década pasada también presenta aspectos negativos que se deben corregir. Insolvencia fiscal de largo plazo que pone en dudas todo el esquema de reformas al generar una alta inestabilidad en las reglas de recaudación y gasto del Estado; alta tasa de desempleo derivada de regulaciones arcaicas en el mercado de trabajo y costos laborales elevados y de la ampliación de la brecha entre poseedores de alto capital humano
y quienes no tienen acceso a servicios educativos de calidad; deterioro constante de los bienes públicos, en especial los vinculados con el gasto social y la inversión en infraestructura. Una inserción internacional tímida y con reglas cambiantes y un marco regulatorio que, si bien muestra avances gigantescos respecto del pasado, todavía presenta elementos negativos y contradictorios con la construcción de una economía de mercado moderna.
Se impone, entonces, completar las reformas faltantes y corregir errores de las ya realizadas, para lo cual no sólo se necesita revitalizar la agenda interrumpida hacia finales de los 90, sino, además, adaptar dicha agenda al cambiante contexto regional e internacional en el que nuestro país se desenvuelve.

El presente estudio, entonces, tiene por objeto, precisamente, sugerir los lineamientos de una agenda de política económica para la nueva década que plantea para la Argentina el desafío de encarar las reformas pendientes y consolidar el efecto de las ya realizadas, de manera de retomar un crecimiento sostenido acompañado de una mejora de la situación absoluta y relativa de los sectores más vulnerables de la sociedad.
El trabajo, una síntesis del cual se presenta en este documento, está organizado de la siguiente manera:

Los primeros capítulos resumen los elementos correspondientes a la política monetaria y financiera. Se discute luego la política fiscal, tanto en los aspectos vinculados con la reforma del Estado y la reforma administrativa, como en aquéllos que se relacionan con los ingresos públicos y la relación Nación - Provincias.

Luego se describen los aspectos relevantes de una política comercial externa en el marco del nuevo regionalismo abierto que parece caracterizará esta década. Se pasa luego a evaluar aspectos regulatorios tanto en el mercado de bienes y servicios como en el de trabajo. Se presentan después los lineamientos de una privatización del Banco de la Nación Argentina como ejemplo de las privatizaciones pendientes.
Los últimos capítulos, finalmente, sintetizan propuestas tendientes a mejorar la organización de la educación y la calidad del gasto social como pilares básicos, la primera para una mejora en la distribución del ingreso de largo plazo y el segundo para paliar situaciones difíciles durante la transición hacia la consolidación de una economía de mercado en crecimiento sostenido y con mejoras sustanciales en la calidad de vida de la población.

Los autores de los documentos a partir de los cuales se extractan las breves síntesis que se presentan a continuación, son los siguientes:

Capítulo 1. El sistema monetario Eduardo Levy-Yeyati
Capítulo 2. El sistema financiero y su regulación prudencial Nicolás Dujovne y Pablo Guidotti
Capítulo 3. La reforma administrativa del sector público María Echart y Manuel Solanet
Capítulo 4. El sistema impositivo argentino y la relación nación-provincias Daniel Artana, Cynthia Moskovits, Oscar Libonatti y Mario Salinardi
Capítulo 5. La política comercial Marcela Cristini, Isidro Soloaga y Abel Viglione
Capítulo 6. Regulación de los servicios públicos y Defensa de la competencia Santiago Urbiztondo
Capítulo 7. Desregulaciones pendientes en jurisdicciones provinciales Marcelo Garriga
Capítulo 8. Las regulaciones del mercado de trabajo Juan Luis Bour y Nuria Susmel
Capítulo 9. Privatización del Banco Nación Gustavo Kippes y Raúl Palacio
Capítulo 10. El sistema de previsión social y su administración Juan Luis Bour y Nuria Susmel
Capítulo 11. La organización de la educación María Echart
Capítulo 12. PAMI (INSSJyP) Gustavo Kippes
Capítulo 13. El gasto social: salud, programas sociales, y FONAVI Marcela Cristini, Leonardo Gasparini, Mónica Panadeiros,y Nuria Susmel

La Introducción y Conclusiones estuvieron a cargo de Enrique Szewach. La coordinación general del trabajo estuvo a cargo de los economistas jefes de FIEL, Daniel Artana, Juan Luis Bour y Fernando Navajas. La edición del presente documento estuvo a cargo de Enrique Szewach.



Conclusiones
Hasta aquí se han presentado, sintéticamente, los elementos centrales de una política económica para la década. Los lineamientos básicos de esta propuesta giran alrededor de la necesidad de completar las reformas estructurales comenzadas a principios de la década pasada en el entendimiento de que más allá de la influencia de shocks externos de amplitud e intensidad inesperados, ocurridos sobre los finales de los años 90, gran parte de los problemas de fondo que hoy enfrenta la economía argentina derivan de las reformas no instrumentadas, y no son consecuencia de aquéllas políticas que sí se pusieron en práctica.
El contraste entre la experiencia argentina de los ochenta y de los noventa y la exitosa perfomance de aquellos países que, con diversos grados de desarrollo, condiciones iniciales y contextos políticos y sociales instrumentaron reformas integrales y simultáneas como las que aquí se proponen, permiten ratificar ampliamente los supuestos implícitos en todo proceso de reforma amplia: los países en donde se aplica integralmente una economía de mercado presentan no sólo un crecimiento sostenido de su producto per cápita, más allá de las fluctuaciones propias del ciclo económico, sino que, además, sus indicadores de bienestar relativo también muestran tendencias favorables.

La propuesta de política económica para la década de FIEL contiene los siguientes aspectos centrales:
• Apertura de la economía como guía para toda negociación de inserción internacional en el marco de un regionalismo abierto.
• Reforma del Estado, reforma administrativa y reforma tributaria, incluyendo el demorado replanteo de la relación Nación- Provincias, que permitan el equilibrio fiscal, un uso eficiente de los recursos públicos, y el establecimiento de un sistema amplio de premios y castigos, que incluye lograr la mayor equidad horizontal por eliminación de privilegios.
• Mantenimiento de la Ley de Convertibilidad.
• Utilización plena del mercado como instrumento para asignar recursos: desregulación y regulación eficiente tanto en los mercados de bienes y servicios como en los correspondientes a los factores de la producción.
• Focalización del gasto social, de manera de llegar mejor a los sectores más vulnerables de la población y a aquéllos que no puedan recibir plenamente, en el corto plazo, los beneficios de las reformas estructurales.
• Cambios fundamentales en la organización de la educación, clave para una adecuada
formación de recursos humanos y eje central de la mejora de la distribución del ingreso en el largo plazo.
• Completar el proceso de privatizaciones.

Resulta imperioso destacar, una vez más, la necesidad de instrumentar simultáneamente las distintas propuestas enunciadas. Los costos de reformas parciales han sido pagados muy caros en los años pasados y son esos mismos costos los que introducen, a su vez, dudas sobre la viabilidad política de las reformas, por un lado, o sobre su irreversibilidad, por el otro. Ambos tipos de incertidumbre conspiran contra el éxito del programa.

Las primeras, aquéllas vinculadas a cuestiones políticas, ponen sobre la mesa de discusión las condiciones institucionales que se requieren para llevar a cabo transformaciones que sacuden tan violentamente el status-quo. Si bien no es materia de esta síntesis expedirse al respecto, es interesante advertir que la experiencia internacional es positiva, en el sentido de presentar varios casos en donde en contextos democráticos muy amplios, los líderes políticos y los dirigentes en
general respaldaron este tipo de programas, aún cuando los mismos en un principio pudieran percibirse como altamente costosos por una parte importante de la sociedad.

El segundo tipo de incertidumbre, derivada de la percepción de que las políticas instrumentadas pueden revertirse en el mediano plazo, incorpora costos adicionales porque al interferir en el mecanismo de toma de decisiones por parte del sector privado, hace mucho más costosa la
transición y aleja en el tiempo resultados que, de otra manera, se percibirían más rápidamente y, por ende, retroalimentarían un exitoso camino hacia el resultado esperado. La simultaneidad e integralidad de las propuestas aparece, entonces, no sólo como un requisito de tipo económico, sino como una condición política que transmite el respaldo a cambios, a priori conflictivos, de una masa crítica de la sociedad y que, al dar el mensaje de irreversibilidad, acelera los beneficios
de dichas reformas.
La simultaneidad de las reformas permite además “controlar” su evolución y corregir desvíos,dado que obliga a todos los protagonistas de las reformas a trabajar al mismo ritmo y pone en evidencia clara a los sectores que no se desenvuelven con la celeridad y/o eficiencia requeridas.
Es importante, en ese sentido poder “medir” los resultados de los pasos dados y advertir fallas de instrumentación a tiempo.

En síntesis, el camino óptimo para superar los actuales problemas de la economía argentina surge de retomar las políticas de reforma económica amplia, interrumpidas a mediados de la década del 90. Tanto el material teórico, como los resultados obtenidos por otros países de distinto grado de desarrollo relativo avalan esta propuesta. Los elevados costos del no hacer que se perciben hoy indican, además, la imperiosidad de que estas reformas se encaren de manera urgente, integral y
completa.
La Argentina pudo salir de una situación muy grave a principios de los 90 y demostrar su capacidad de alcanzar tasas de crecimiento impensadas para nuestro país. Ese antecedente debería ser más que suficiente para alentarnos a recorrer el camino aquí descripto, aún bajo la percepción inicial de que habrá que superar conflictos importantes. Los elevados costos que los sectores más débiles de nuestra sociedad están hoy padeciendo por la interrupción y reversión de algunas de las reformas encaradas en su momento deberían ser elementos a considerar por la dirigencia
política, para impulsar la adopción clara y definitiva de un capitalismo moderno como modelo de crecimiento y progreso.


Leer síntesis en formato PDF
(Gracias www.respublica.org.ar por distribuir la síntesis por internet!). El documento completo son 2 tomos de 1.000 páginas en total.

martes, octubre 14, 2003

Coparticipación: ¿reformar o eliminar?

INFOBAE
por Osvaldo Giordano - INFOBAE

El problema histórico y medular de la Argentina es la sistemática tendencia del Estado nacional y de los estados provinciales a gastar más de lo que recaudan.
La acumulación de déficit fiscales llevó a que la emisión monetaria desenfrenada destruya la moneda nacional. Luego fue necesario aplicar un régimen cambiario extremadamente rígido, como la convertibilidad, para poder recuperarla.

Pero los desequilibrios siguieron y se recurrió al endeudamiento. Cuando la capacidad de contraer deuda fue agotada, se recurrió a legalizar el incumplimiento de los contratos. Es un error pensar que conductas destructivas de este tipo las pueden generar la ineptitud o negligencia de un presidente o un ministro de Economía.

Personificar el problema es una manera simplista de esconder la realidad.
Parece más apropiado pensar que hay reglas de juego institucionalizadas que incentivan a los administradores públicos al manejo irresponsable de las finanzas del Estado. El Régimen de Coparticipación de Federal de Impuestos es una de ellas.

La relación financiera entre la Nación y las provincias opera sobre la base de una aluvional acumulación de mecanismos, que conforman un sistema ineficiente, complejo y arbitrario.

Perversa estructura
Se puede hacer un amplio y variado listado de debilidades. Sin embargo, lo más grave es la perversa estructura de incentivos que genera.

Para los funcionarios provinciales es más rentable invertir esfuerzos en gestionar fondos ante la Nación, que ser austero en el gasto y eficiente en la recaudación de sus propios recursos.

A su vez, los funcionarios nacionales “disfrutan” del poder discrecional de asignar recursos entre las jurisdicciones provinciales a cambio de apoyos y favores políticos.

No se trata de una perversidad intrínseca de nuestros administradores. Se trata de reglas de juego que inducen a estos comportamientos.

¿Por qué un gobernador va a imponer el costo a sus ciudadanos de pagar más impuestos o recortar gastos, si es más fácil ir a pedir a Buenos Aires?
Frente a sus votantes siempre encontrará la forma de argumentar que la responsabilidad es de la Nación y que su función es defender la provincia frente al “centralismo porteño”.

El problema no se resuelve mejorando los índices que se aplican para establecer la distribución de recursos entre las diferentes jurisdicciones.

Equivalencia de potestades
Si se quiere dar una señal contundente a favor de la solvencia fiscal y del federalismo, hay que eliminar la coparticipación y establecer equivalencia entre potestades tributarias y responsabilidades de gastos.

En la mayoría de las provincias esto es factible. Sólo marginalmente habría que contemplar un sistema de coparticipación “residual” para asistir a algunas provincias con rezagos más pronunciados.

Bajo estas nuevas reglas de juego no será necesario seguir apostando a los siempre ineficaces controles de las finanzas provinciales a cargo de organismos internaciones o alguna dependencia de la Nación.

Será la propia población la que identificará al gobernador exitoso, no como el que mejor “peregrina” a Buenos Aires, sino el que con esfuerzo y creatividad administra bien los recursos públicos.

Por esta razón, el reciente decreto 872 que plasma la idea de replantear el régimen de coparticipación tiene una importancia histórica.


Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina License.